Francisca Pérez, más conocida como "Frany Pérez", ha pasado de ser una de las influencers más seguidas de Bahía Blanca a estar en el centro de una controversia por una presunta estafa en la venta de entradas para el partido Argentina-Brasil en el estadio Monumental. Más de 260 personas aseguran haber sido víctimas de este fraude, que involucra un total de 880 tickets.
Frany Pérez no es una desconocida en Bahía Blanca. En 2019, el diario La Nueva le dedicó una nota donde destacaba su impacto en redes. Para ese entonces, con 81.500 seguidores, su cuenta de Instagram tenía más seguidores que algunos políticos locales. Con solo 20 años, ya era considerada una de las influencers más relevantes de la región. Además, se había recibido de martillera pública y combinaba su carrera con su trabajo en redes sociales.
Desde su cuenta @franyperez, compartía sesiones fotográficas, sorteos y recomendaciones de moda. Su ascenso en el mundo digital la llevó a trabajar con marcas y construir una imagen pública con la que miles de personas se identificaban.
Con más de 271.000 seguidores, Frany lanzó su propio emprendimiento llamado "Frany Tickets", a través del cual gestionaba la venta de boletos para eventos y espectáculos. Para el esperado partido entre Argentina y Brasil, ofreció entradas cuyos precios iban desde $120.000 para populares hasta $500.000 para plateas. Los compradores debían adelantar un 50% del pago para reservar su lugar.
Sin embargo, la situación se tornó caótica cuando la influencer admitió que no podría entregar los tickets y que, supuestamente, ella misma había sido víctima de una estafa por parte de un tercero. Según su versión, solo logró entregar el 10% de las entradas vendidas, mientras que el dinero restante estaba en manos de este intermediario.
El escándalo no tardó en explotar en redes. Los damnificados comenzaron a organizarse y se evalúan acciones legales contra la influencer. Por su parte, Frany Pérez emitió un comunicado pidiendo disculpas y asegurando que iniciará acciones legales para recuperar el dinero perdido. Además, denunció estar recibiendo amenazas junto con su familia.
Cabe destacar que la única plataforma oficial para la venta de entradas fue Deportick, con precios que oscilaban entre $29.000 y $480.000 y con retiro exclusivo en boleterías del estadio.
El caso de Frany Pérez es un claro ejemplo de cómo la confianza en figuras de redes sociales puede llevar a situaciones de fraude. La influencia digital puede ser poderosa, pero también peligrosa cuando se usa para fines comerciales sin regulaciones claras. Hoy, cualquiera puede construir una imagen de éxito en redes, pero eso no significa que sea confiable.
En tiempos donde las estafas digitales son cada vez más frecuentes, es fundamental verificar siempre la autenticidad de las ofertas, desconfiar de intermediarios y priorizar los canales oficiales para compras importantes. Porque, al final, lo que vemos en redes no siempre es lo que parece.
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