La automotriz china BYD, líder en el sector de vehículos eléctricos, se fijó una ambiciosa meta para 2025: duplicar sus ventas internacionales y superar las 800.000 unidades vendidas. Como parte de esta estrategia, la compañía tiene en la mira su desembarco en Argentina, donde prevé introducir un modelo de importación y establecer una red de concesionarios exclusivos.
Aunque aún no hay fecha confirmada para su llegada, los próximos meses serán clave para definir su presencia en el país. La apuesta de BYD no solo busca ampliar su cuota de mercado, sino también optimizar costos y evitar barreras arancelarias mediante la producción localizada en mercados estratégicos.
En 2024, BYD vendió 417.204 vehículos fuera de China, consolidando su crecimiento en mercados como el Reino Unido, América Latina y el sudeste asiático. Con el proteccionismo comercial en aumento, la empresa optó por construir fábricas en Brasil, Hungría, Tailandia y Turquía, asegurando una producción independiente y sin socios locales.
La clave del éxito de BYD radica en su capacidad de ofrecer vehículos asequibles con tecnología avanzada. Modelos como el Seagull, con un precio inferior a 10.000 dólares, revolucionaron la industria, mientras que la integración de funciones de conducción inteligente sin costo adicional refuerza su atractivo en el mercado global.
Para sostener este crecimiento, BYD planea ampliar su equipo de desarrollo de software y semiconductores de 5.000 a 8.000 ingenieros, con el objetivo de lanzar su tecnología de conducción autónoma a nivel mundial entre 2026 y 2027. Con este movimiento, la compañía busca consolidarse como un actor clave en la transformación del sector automotriz.
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